Tres decisiones fueron tomadas por el alcalde Jairo Yáñez en el perímetro del Parque Santander, llamando a la confianza y convivencia a los cucuteños para seguir construyendo la ciudad que soñamos. La primera medida fue restablecer el flujo vehicular; la segunda, mantener la restricción en los andenes alrededor de este importante punto de encuentro para lo cual se ubicaron de manera simbólica materos en el espacio garantizando que las personas con movilidad reducida, adulto mayor y toda la ciudadanía puedan transitar sin ningún contratiempo, finalmente, socializar el proyecto de inclusión para los vendedores informales que se encontraban laborando allí antes de la pandemia.

Por eso, desde las 5 de la mañana, el alcalde de Cúcuta, a través de las secretarías de Gobierno, Seguridad Ciudadana, Departamento Administrativo de Bienestar Social y la Policía Nacional, restablecieron el flujo vehicular en las calles y avenidas que circundan el Parque Santander, reubicando las vallas que le han aportado a la ciudad un mayor control del espacio público y el distanciamiento físico entre las personas, especialmente en los andenes en los que se forman largas filas para hacer uso del sistema financiero que converge en este céntrico sector, medida que fue adoptada en el marco de la COVID-19.

El alcalde Yáñez anunció que se mantendrá la restricción de elementos o ventas informales que obstaculicen el flujo peatonal de los andenes de este lugar, para lo cual se ubicarán unas materas que representarán los sitios que deben permanecer bioseguros.

Con relación a los vendedores informales que antes de la pandemia se ubicaban en este sitio, el alcalde aseguró que a todos ellos se les ha permitido estar en otros puntos de la ciudad, donde se les ha exigido mantener el distanciamiento, y se ha elaborado un proyecto de reubicación que en esta semana se espera socializar con dicha población para buscarles caminos de formalización económica.

Finalmente, Yáñez aseguró que esta medida, a pesar de haber sido “impopular”, permitió que el centro de la ciudad no se viera colapsado por la ausencia de aforos suficientes en las entidades bancarias en tiempos en los que las aglomeraciones significan un alto riesgo de contagio con la COVID-19, virus que mantiene en vilo al mundo entero y se ha cobrado la vida de más de 700 personas en nuestra ciudad.