Además de la respuesta ante la situación de riesgo, la Alcaldía de San José de Cúcuta realizó una jornada integral de orientación y acompañamiento para los 21 núcleos familiares afectados por este desastre natural.
El pasado 3 de abril marcó un antes y un después para Helena Martínez*. Su vivienda sufrió una fractura física y su vida una emocional como consecuencia de un hundimiento de tierra, producto de una falla geológica, que hizo que la casa de madera y zinc que había construido con esfuerzo se desplomara. En su momento, funcionarios de la Secretaría de Gestión del Riesgo de Cúcuta, miembros de Centrales Eléctricas de Norte de Santander y Aguas Kpital S.A. hicieron presencia en el barrio La Ermita donde ocurrieron los hechos para evaluar las situaciones de riesgo y buscar las posibles soluciones a los daños físicos, pero ¿qué hay de los daños emocionales?
Psicólogos y psicoterapeutas afirman que ante una situación inesperada que genera pérdidas, atenta contra la vida individual o colectiva, altera la cotidianidad, quiebra certezas con las que se cuenta y vulnera las condiciones materiales es normal que las personas reaccionen de manera impredecible, por lo que más allá de la respuesta a las pérdidas materiales es indispensable brindar un acompañamiento psicológico y emocional, más aún cuando además de la afectación natural las personas han sido víctimas de otros hechos.
“Conscientes de este panorama y ante la situación de emergencia que se presentó en el barrio La Ermita, el equipo psicosocial de la Secretaría de Posconflicto y Cultura de Paz junto con otras secretarías de la Alcaldía como Equidad de Género, Bienestar Social, Cultura y Turismo, Seguridad Ciudadana y Gestión del Riesgo, organizamos una jornada de orientación y atención dirigida a los 21 núcleos familiares que fueron víctimas de este hecho, con el fin de ayudar a aliviar esas heridas invisibles que quedan en la memoria tanto de niños como de adultos”, indicó Ányela Malagón, psicóloga de la Secretaría de Posconflicto y Cultura de Paz.
La jornada que se realizó en el Polideportivo de La Ermita ocurrió entre atenciones psicosociales a los adultos y juegos, lúdicas y acciones pedagógicas para los niños, niñas y adolescentes que asistieron, así como orientación con enfoque diferencial para población víctima del conflicto armado y oferta para el adulto mayor y personas con discapacidad. Una serie de actividades que en conjunto conforman un proceso social orientado al mejoramiento de la calidad de vida de la comunidad y en respuesta a las medidas de atención, asistencia y reparación integral.
De acuerdo con Nataly Barrero, enlace de víctimas del municipio de Cúcuta: “Lo que buscamos con estas jornadas es brindar una atención integral a la población afectada, que sientan el apoyo de una Alcaldía que no solo los ayuda a salir de la situación, sino que los acompaña en el proceso de superación emocional, que los escucha y les brinda esos primeros auxilios. Es mostrarles con hechos que a pesar de las dificultades no están solos”.
*Nombre cambiado por privacidad de la víctima.