Más de 30 años pasaron para que los usuarios del distrito de adecuación de tierras del río Zulia, encendieran por primera vez su molino y planta de secado de arroz. Una imponente estructura se levantó en la vereda La Floresta, ubicada en el corregimiento de Buena Esperanza, zona rural de Cúcuta.
Durante dos años, esta obra se detuvo por la pandemia del COVID-19 y otras circunstancias de orden financiero; finalmente, hoy podemos decir es una realidad, un sueño cumplido. Hoy Asozulia goza de equipos con tecnología de punta, sin emitir gases contaminantes, permitiendo el crecimiento de los agricultores y sin olvidar el cuidado del medio ambiente.
Esta es una oportunidad para promover el desarrollo del sector que representa el 90% de la producción agrícola de nuestro municipio, cerca de 8.500 hectáreas, y la comercialización de 90 mil toneladas al año, que consolidan nuestra agroindustria y fortalece nuestra estrategia “Campo-Ciudad”.
Desde el inicio de nuestra administración, hemos mantenido el firme compromiso de fortalecer y proyectar a los campesinos de la zona rural; con programas liderados a través de las secretarías de Banco del Progreso y Desarrollo Social, hemos llegado a pequeños y medianos productores, en los corregimientos de Agua Clara, Buena Esperanza, Ricaurte, Banco de Arena, Palmarito, San Faustino, San Pedro, Puerto Villamizar y Guaramito, logrando el acercamiento directo entre los vendedores del campo y los compradores de la ciudad, sin intermediarios, permitiendo la compra de cosechas de calidad a precios competitivos.
Este proyecto se suma a los esfuerzos que hemos hecho en este sector, como las gestiones ante el “Fondo de Estabilización de Arroz”, que permitieron una inversión de 8.500 millones de pesos con recursos del Ministerio de Agricultura, la Gobernación y la Alcaldía de Cúcuta, y que se convirtieron en un gran apoyo para un momento de crisis que vivieron todos los agricultores por culpa de la pandemia.
Ver los rostros de felicidad de cada uno de los campesinos y asociados al distrito del río Zulia, en el momento de encender el molino, no solo me llenó de satisfacción, sino que me permite como líder de esta administración sembrar la esperanza de una economía sostenible para la ciudad y las futuras generaciones, que ven en la zona rural un mundo de oportunidades. A todos los cucuteños los invito a seguir participando de los mercados campesinos, ferias agrícolas y todos los eventos que tienen como principales actores a los productores de nuestra tierra: la hermosa, fértil y amada Cúcuta.